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El proyecto de la ronda de circunvalación de Pollença, en construcción, no afecta a los restos del yacimiento arqueológico de Bóccoris, según han confirmado las catas arqueológicas que se realizaron a finales del pasado mes de julio. A mediados de abril, un vecino de la zona denunció al departamento de Cultura del Consell, a través de un correo anónimo, que el proyecto atravesaba lo que se conoce como una taca cerámica (una punta del yacimiento del Pedret de Bóquer en la que no se habían hallado estructuras de edificación arqueológica pero muy próxima a otras zonas en las que se hallaron tacas cerámicas).

El departamento de Carreteras del CIM, alertado por el de Cultura, contrató entonces los servicios de dos expertos arqueólogos Pep Merino y Maria Magdalena Estarellas, que salvados los trámites administrativos iniciaron las catas en la zona el pasado julio. Las catas confirman que no existen restos en esta punta, por lo que las obras de la ronda prosiguen a buen ritmo y, de hecho, ya han superado la zona del yacimiento. Las obras de la variante comenzaron el pasado febrero y tienen una duración prevista de once meses, por lo que concluirán previsiblemente a finales de año.

El presupuesto de esta actuación financiada por el Consell es de 4,6 millones de euros. Este primer tramo de la ronda solucionará en gran medida los problemas de saturación de tráfico del Moll, ya que los vehículos que se dirijan hacia Formentor no necesitarán entrar en el Port sino que podrán desviarse a su entrada. El alcalde de Pollença, Joan Cerdà (UM), está negociando con el Consell de Mallorca la posibilidad de introducir una pequeña modificación en el proyecto de construcción de la ronda de circunvalación para evitar que la urbanización de Sitger quede aislada del resto del núcleo urbano del Moll tras concluir las obras de la carretera.