La subida automovilística a Sant Salvador vuelve a ser motivo de polémica.

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La subida automovilística a Sant Salvador vuelve a ser motivo de polémica. Mientras el nuevo equipo de gobierno del PP ha autorizado la carrera, los partidos de la oposición (EU-EV, PSM y UM) solicitan el aplazamiento de la carrera hasta otoño o invierno. Más contundente, el GOB reclama la suspensión definitiva de la prueba para salvaguardar los valores ecológicos del monte. La alcaldesa Catalina Soler (PP) reconoce que «es una decisión política», porque «creemos que se puede hacer si se respeta el entorno y se cumplen las condiciones de seguridad». De hecho, la prueba cuenta con el visto bueno de la Conselleria d'Interior y, según explicó Soler, de la Conselleria de Medi Ambient y del Obispado.

El GOB considera que estas carreras «canalizan gran cantidad de gente poco o nada sensible con el entorno natural hacia zonas que contienen una riqueza ecológica importante». El portavoz de EU-EV, Nicolau Barceló, considera que celebrar la carrera en esta época del año es peligroso: «Las laderas están sucias, los coches hacen chispas en las curvas y el público pratica el botellón y usa cristales. Todo esto puede provocar un incendio. Se tendría que aplazar hasta al menos octubre».

Desde el PSM, el que fuera regidor en 1999 y uno de los responsables de la eliminación de la carrera en verano, Pere Vicens, sostiene que «la aglomeración de público, que en algunos casos hace fogatas y fuma, y la densidad de la vegetación, suponen un grave peligro de incendio». En la misma línea, el regidor de UM y ex alcalde, Miquel Julià, añade a todo esto que «no entiendo que el Govern lance tantas campañas y anuncios de prevención de incendios y luego autorice esta carrera, es una incongruencia».