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AINA VIVES
El proyecto del trazado definitivo de la autopista de Inca a sa Pobla, que ayer se puso en información pública, afectará a más de 300 propietarios. Así lo constató el mismo director general d'Obres Públiques, Carlos Jover. Obres Públiques derribará 58 construcciones para poder ejecutar el proyecto. Eso no quiere decir, sin embargo, que todas estas edificaciones estén habitadas, ni mucho menos. «Muchas de estas construcciones son pozos, casetas de herramientas o almacenes agrícolas, algunas incluso ya son escombros. Me parece que casas habitadas no tocamos ninguna», aclaró al respecto Jover.

De hecho, a la altura de la fábrica de cristal de Menestralia, dentro del término municipal de Campanet, el Departament d'Obres Públiques ha buscado una solución salomónica para no tener que escoger entre derribar las edificaciones que se encuentran a la derecha o la izquierda de la vía. Aquí sí que hace falta pedir al lector que haga un poco de memoria para entender como el Gobierno ha resuelto esta situación. En un lado de la actual carretera está la fábrica de cristal de Menestralia, un restaurante y una tienda de piel; mientras que en la otra acera, hay una empresa de material de construcción, y más abajo el restaurante s'Hostal.

En este punto concreto, Obres Públiques en lugar de optar por derribar las edificaciones existentes en uno u otro lado de la carretera se ha decidido por una alternativa que parece beneficiosa para ambas partes: Los viales de ida hacia Palma se construirán por detrás la fábrica de vidrio, invadiendo la zona rústica de Campanet; mientras que los de vuelta, se han proyectado por detrás de las naves industriales y s'Hostal ocupando las fincas que se ubican ya dentro del término municipal de Búger.