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La Iglesia de San Bartolomé de Sóller, más conocida como la «catedral de montaña», está sufriendo en los últimos años una importante degradación en todo su conjunto debido al mal estado del tejado y que afecta a la estructura interior del edificio. El campanario, las paredes y las escalinatas interiores son objeto, además, de un grave deterioro debido a los excrementos de las miles de palomas que habitan en su interior.

Según la comisión de economía y patrimonio de la parroquia, el coste de la reparación del tejado es de unos 335.000 euros, pero no sabe cómo obtener esta cantidad. Al deterioro del tejado, se suma la degradación del atrio de la entrada, que en los últimos tiempos se esta convirtiendo en centro de reunión de delincuentes. Los gamberros hacen pintadas, cortan las puertas y, en muchas ocasiones, hay excrementos y orines.

Los vecinos de la localidad piden que algún organismo oficial tome conciencia de lo qué está pasando y que se ponga remedio inmediato al problema antes de que sea demasiado tarde. La primitiva Iglesia de San Bartolomé de Sóller fue fundada a finales del siglo XIV, conservándose todavía una puerta de medio punto cegado, próxima al portal lateral. Hay una lapida recuerda el ataque y saqueo de los moros en 1561, suceso que llevó a levantar una fortificación. Hoy es curioso contemplar la Iglesia todavía encerrada dentro del recinto fortificado.