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MARIA PUIGRÒS
La sociedad de cazadores de Inca inició hace poco más de dos meses los trámites para crear un vedado de caza en el término municipal. Por la imposibilidad de contactar con todos los propietarios de las múltiples fincas próximas a Son Bordils, Son Mateu, Son Genestra y otros enclaves, que serán incluidas en el primer coto público de cazadores de Inca, la sociedad de cazadores colgó un aviso en el tablón de anuncios del Ajuntament d'Inca informando de este trámite, lo que provocó la indignación de varios vecinos que entendían que «no es una manera correcta de actuar». «Nos hemos enterado de su intención por casualidad y ya no tuvimos casi tiempo de presentar alegaciones», manifestaba uno de los afectados.

El presidente de la sociedad de cazadores Francisco José Guerrero explicaba la filosofía del vedado: «Para practicar una caza sostenible y controlada con madurez social nos gustaría formar este coto. A pesar de todo todavía tenemos que terminar de revisar las alegaciones. Hasta ahora no hemos tenido ningún coto ni zona específica para cazar. Así y todo el vedado es una intención no una realidad». Por su parte algunos vecinos ya han presentado sus alegaciones a la inclusión de sus propiedades en dicho coto porque entienden que «es un atentado a nuestra propiedad privada».

Algunos afectados se quejan de que «la manera de anunciar las intenciones de la sociedad de cazadores ha sido clandestina y muchos de nosotros no sabíamos que nuestras fincas formaban parte de este coto». «Tal vez si lo hubieran hecho de otra forma no tendríamos nada que decir. Deberían haberse puesto en contacto con todos y cada uno de los cerca de 400 propietarios afectados», añaden. El director general de Caça del Govern balear, Antoni Gómez, informó de que la forma de actuar de la sociedad de cazadores «es perfectamente legal». «Ante la imposibilidad de contactar con el gran número de propietarios exponer el aviso en el tablón de anuncios del Ajuntament es algo que contempla la ley», finalizó el director general de Caça.