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Las obras de adecuación del cementerio municipal de Lloret, iniciadas a mediados del año pasado, ya han finalizado. Además de la adecuación de la capilla, el proyecto de reforma ha supuesto la habilitación de un tanatorio, que incluye una sala más pequeña donde se ha instalado una urna refrigerada. Ambas salas se comunican mediante un cristal.

Según ha explicado el alcalde de Lloret, Joan Jaume (PP), este tanatorio permitirá «que las familias que tengan la desgracia de perder un familiar podrán traerle a Lloret y velar aquí su muerte, sin tener que desplazarse hasta los tanatorios de Palma». La rehabilitación ha supuesto también la reforma de todo el tejado, el embaldosado de toda la capilla y se ha construido un aseo adaptado para minusválidos, «que cumple con la normativa sanitaria que marca la Comunidad Europea», asegura Jaume.

Asimismo, se ha realizado una réplica exacta de la cruz de piedra que presidía la capilla, ya que parte de esta cruz se rompió en 2002. Otras de las intervenciones que se han llevado a cabo ha sido la construcción de un pequeño horno crematorio para «quemar las flores secas y plásticos que traen los familiares a las tumbas», explica el alcalde. La realización de las obras han supuesto un coste de 90.000 euros, de los que el 80% ha sido sufragado por el Consell de Mallorca.