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No hace mucho tiempo cuando llegaba el verano los payeses cogían sus tijeras para esquilar las ovejas. Actualmente se sigue realizando la tosa de ovejas pero lo hacen brigadas de Polacos con máquinas capaces de trasquilar 600 animales en un día. Bastante más de las tres ovejas a la hora que tarda un payés en pelar a la vieja usanza. Con el objetivo de que esta antigua tradición no se pierda, el Ajuntament de Santanyí a través de la Alcaldía pedania de es Llombards, celebra desde hace tres años la Festa des Tondre. Ayer, 20 payeses dieron una demostración y esquilaron con sus tijeras un total de 70 ovejas.

Uno de los encargados, Miquel Vidal, comentó que esta fiesta nació porque «el esquilar ovejas con tijeras está en peligro de extinción, en ninguna explotación lo hacen y los jóvenes no quieren aprender». Pero en este sentido, ayer había una excepción en la figura de Tomeu Rosselló de 18 años, el esquilador más joven. «Me gusta esquilar las ovejas porque lo he visto hacer de pequeño y quise aprender», comenta Tomeu.

En el otro extremo está Gori Suau de 84 años, el más antiguo, quien apunta que el secreto de tondre «es saber coger bien la oveja, no querer cortar demasiado con cada tijeretazo y cortar a ras de piel». De todas maneras, apunta Miquel Vidal, hay quien esquila y hay de quien sólo se puede decir que «quita lana. Tondre es un arte». La fiesta concluyó con una paella multitudinaria en la plaza de es Pou a la que asistió la consellera d'Agricultura, Margalida Moner.