Esta no es la primera vez que la Unión Europea alerta sobre la
mala calidad de las aguas en el Port de Pollença.
El problema radica en que la depuradora del municipio no tiene
capacidad suficiente para asumir la totalidad del caudal de aguas
sucias en los meses punta por lo que el agua sobrante del
tratamiento, todavía sucia se vierte al torrente y desde allí va
directamente al mar. Precisamente el Govern balear a través de la
Conselleria de Medi Ambient trabaja en estos momentos para subsanar
el problema realizando dos ampliaciones de la depuradora del
municipio. Se prevé que este verano el nuevo sistema de depuración
funcione a un 60 por ciento de rendimiento.
Por otra parte, en los últimos años se está procediendo a la
sustitución integral de la red de aguas sucias del Port que también
provocaba averías frecuentes con vertidos de aguas sucias al mar.
Un problema parecido con las fecales que sufría la Cala San Vicenç
ya quedó subsanado la pasada legislatura. El Ajuntament de Pollença
prevé además toda una serie de mejoras en la gestión de sus playas
después de haber convocado un nuevo concurso para explotarlas desde
este mismo verano.
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