Las Normas Subsidiarias del municipio exigen el soterramiento de las líneas aéreas.

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El soterramiento de las líneas aéreas de Capdepera de baja y alta tensión puede suponer un aumento en las facturas de unos 28 euros al año para un consumidor medio y de 6.724 euros para clientes de mayor consumo como podrían ser los establecimientos hoteleros. Ello durante un plazo de 25 años y siempre que se pidiera financiación. Así se establece en el estudio propuesto por GESA, donde se prevén otras muchas posibilidades de pago de la inversión encareciéndose o disminuyendo según los niveles de soterramiento.

Los técnicos del Ajuntament están analizando cuál sería la opción más ventajosa para los vecinos del municipio. Lo cierto es que hay mucha preocupación en este sentido dada la situación crítica en que se encuentra el suministro eléctrico, al límite de su capacidad, por lo que se teme que este verano se puedan producir cortes selectivos.

Desde 1997, GESA reclama la necesidad de construcción de una nueva subestación en la zona de Capdepera. El problema radica en que las Normas Subsidiarias de la localidad prevén que las líneas no podrán ser aéreas sino que han de ir soterradas y GESA no quiere asumir el sobrecoste del mismo. El soterramiento sube a los 5.019.339 euros. Desde el mes de septiembre del 2001 se ha suspendido la conexión de nuevos suministros en la zona. Después de diversas reuniones entre el Ajuntament, la empresa energética y el Govern, se ha propuesto un plan pionero en España a través del cual serían los consumidores los que asumirían el coste a través de un tributo.