La Fira de Ses Herbes de Selva nació hace cinco años como una
iniciativa popular con la intención de ganar fondos y adeptos para
la creación de un jardín botánico en el municipio. Hoy cinco años
después la creación del jardín sigue siendo una utopía, si bien la
Fira de ses Herbes se ha convertido en un referente cultural y
económico para la localidad. Pasaban las diez de la mañana de ayer
cuando, tal y como manda la tradición, los carros llenos de mirto
llegaban a la plaza del pueblo procedentes de sa Comuna, a donde
los jóvenes habían ido a recoger las hierbas muy de mañana.
En la plaza del pueblo, con la animación de S'Estol de ses
Herbes, personajes creados a partir de las rondallas para amenizar
la fiesta, comenzaba el proceso para elaborar agua de mirto. El
médico homeópata Carles Amengual inició el proceso en el alambique,
proceso de destilación que se prolonga durante tres horas. El agua
de mirto, tonificante para la piel, se vende para recaudar fondos
para la Fundación Flora Medicinal Baleárica, que junto con la
asociación Amigos del Jardín Botánico de Selva, son los impulsores
del incompleto proyecto.
En torno a la Fira de ses Herbes, además del tradicional
mercadillo, se programan todo tipo de propuestas culturales y de
ocio. La novedad de la presente edición fue la organización por
parte de los restaurantes selvagins, de un menú con las hierbas
como protagonistas. El público no defraudó y a mediodía se llenaron
las terrazas de bares y restaurantes. Y es que a pesar de que la V
edición de esta Fira coincidió ayer con la jornada de Elecciones
Europeas y con la celebración del Corpus, fue numeroso el público
que se acercó hasta la localidad a disfrutar de la jornada.
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