Entre la tradición, el mito, el ejercicio físico y la fiesta. Con
estos cuatro elementos, la tercera edición de la Caminada Nocturna
reunió a unas 300 personas en ses Covetes a donde llegaron a pie o
en caballo desde Campos y sa Ràpita, y evidenció que se trata de
una celebración ya consolidada que reúne todos los requisitos para
prolongarse en el tiempo.
Los romeros se reunieron en la pequeña playa de es Freu de ses
Covetes de donde, según cuenta la leyenda, un día perdido en el
tiempo emergió En Freu, la Bèstia del Foc de ses Covetes. Una vez
allí, Andreu Ginard «Caganya» fue el maestro de ceremonias de la
Netejada de cavallons, en que los participantes recuperan una
antigua tradición muy arraigada al mundo del campo. Los cavallons
son un conjunto de cuerdas que se utilizaban para hacer, garbes,
manojos y otras faenas del campo.
Cuando se dejaban de usar, los payeses iban a ses Covetes para
limpiarlos con agua marina ya que la sal los conserva mejor. El
sábado, bajo la supervisión de Ginard, los jóvenes imitaron a sus
antepasados limpiando los cavallons en la playa des Freu. Poco
antes, los excursionistas habían llegado algo cansados tras cubrir
los 11 kilómetros que separan Campos de ses Covetes donde fueron
recibidos al son de las músicas de los xeremiers.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.