Cientos de personas se reunieron en la zona rocosa de Can Picafort para capturar uno de los 500 patos que fueron lanzados al mar. Foto: M.NADAL

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Un año más, el municipio de Can Picafort, vivió ayer la tradicional e ilegal suelta de patos, enmarcada en los actos de las fiestas de la Mare de Déu d'Agost, en la que participaron cientos de vecinos y numerosos turistas que asistían por primera vez al singular acto que organiza el Ajuntament de Santa Margalida. A las doce del mediodía, varias embarcaciones empezaron a soltar, uno a uno, los patos que serían capturados por la gran cantidad de bañistas, mayoritariamente varones de todas la edades, que esperaban impacientes alrededor de los barcos para empezar a nadar frenéticamente cuando veían la posibilidad de hacerse con un ejemplar.

Muchas de las ánades que fueron lanzadas al mar, fueron capturadas, aunque algunas más avispadas consiguieron alzar el vuelo, provocando la frustración de los bañistas y las risas entre el público asistente que contemplaba la situación desde las rocas que bordean el puerto deportivo de Can Picafort. Esta es una de las fiestas más polémicas de todas las que se celebran en la isla de Mallorca. Por la suelta de patos, el Ajuntament de Santa Margalida ha recibido en años anteriores multas que ascendían a 3.000 euros por parte de la Conselleria d'Agricultura i Pesca del Govern.

Las multas impuestas al Ajuntament se deben a la ilegalidad de la celebración del acto porque incumple la ley de protección de animales, que prohíbe expresamente «el uso de animales en fiestas o espectáculos públicos en los que éstos puedan ser objeto de muerte, tortura o malos tratos». Este año ha sido la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA), la que ha avisado que denunciaría al alcalde, Antoni del Olmo, por prevaricación si permitía la suelta de patos.