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C.SERRA.
Margalida Reus Bonafé es una de las pocas personas que quedan en Mallorca que ha tenido la ocasión de vivir tres siglos. El pasado jueves, Margalida cumplió 105, llena de salud y de buen humor.

A pesar de todo no es la más vieja de Mallorca porque en Lloseta hay otra mujer que «me gana de cuatro meses, pero yo estoy mejor de salud», deja bien claro Margalida.

Esta biniamera nacida el 1899 nunca ha estado casada ni tiene hijos, aunque tiene cuatro sobrinos que «me quieren como si fuese su madre y muchos de ellos me han nombrado abuela de sus hijos». La cuarta de seis hermanos (tres hombres y tres mujeres), parece que esto de la longevidad es cosa de familia, ya que todas sus hermanas vivieron hasta pasados los cien años y uno de sus hermanos y su madre hasta pasados los noventa.

¿Cuál es el secreto?, según ella, «no hago nada especial», pero añade que «como todo lo que me pongan y lo como con ganas». Aún hoy disfruta de una salud impresionante para su edad y, aunque vive con uno de sus sobrinos, no necesita de nadie que la cuide, ya que ella misma cocina, va a misa o hace la compra, «y no necesito a nadie para llevar las bolsas», añade. Y es que sus únicos males son una operación de cataratas y que estoy un poco sorda», asegura Margalida.

Todo el pueblo de Biniamar hizo una fiesta ayer en homenaje a Margalida en la Esglèsia Nova, lugar que ella ha visto crecer desde la primera piedra. «Cuando tenía cerca de seis años fuimos al torrente a buscar piedras para construir la iglesia», recuerda llena de «seny» y lucidez.