Según los grupos de la oposición, «desde las primeras elecciones
democráticas se había forjado gradualmente la tradición del libre
acceso a la información por parte de todos los miembros del
Consistorio». Además, recordaron a la alcaldesa que «en las dos
anteriores legislaturas en que estaba en la oposición pudo ejercer
su tarea con esta ventaja a su favor». Los portavoces de los cinco
grupos de la oposición explicaron que «en el pleno del pasado mes
de julio la alcaldesa encajó muy mal la crítica ejercida por la
oposición, por lo que dio instrucciones a los funcionarios
municipales en el sentido de limitar el acceso a la información y
que la tengan que pedir por escrito con unos días de
antelación».
Ésta no fue la única moción que los grupos de la oposición
sacaron adelante y dejaron al equipo de gobierno en minoría. Se
aprobaron tres mociones más de la oposición: una del PSOE donde se
pide que las cintas de las grabaciones de los plenos se guarden
durante seis meses por si las actas no reflejan lo dicho y dos más
presentadas conjuntamente por la oposición en el sentido de que en
cada pleno se dé cuenta del estado de ejecución del presupuesto
municipal y de la tesorería, así como también recuperar una
competencia que la alcaldesa había asumido hacía unos meses,
referida al cambio o modificación de los precios públicos que
volverá a ser ejercida por parte del pleno. Otra moción presentada
por Nicolau Barceló (EU/EV) para crear una comisión municipal que
se encargaría de organizar las fiestas, sólo recibió el apoyo del
PSOE, UM y Grupo Mixto, mientras que el PSM se abstuvo y el PP votó
en contra, por lo que no prosperó.
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