Vecinos de Manacor han denunciado el grave estado de abandono en
que se encuentra la ermita de Santa Llucia, un abandono que se debe
a una curiosa historia sobre la escritura pública de cesión de
propiedad de la familia que la construyó, a la orden de los
dominicos. El estado de abandono afecta al tejado de la ermita, que
presumiblemente padece humedad en la estructura, y sobre todo el
estado en que se encuentran las casas colindantes con funciones de
cocina, además de basura vertida en diferentes puntos del
lugar.
El primer caso curioso es que en toda Mallorca y Manacor nadie
sabe dónde se encuentran las llaves de acceso al templo. Ningún
responsable religioso de la comarca tiene constancia de su
paradero. El origen de todos los males fue lo que explicó el
superior de la orden dominica Braulio González, con sede en Palma.
Según González: «Nos tendríamos que remontar al siglo pasado cuando
el padre Llorenç, dominico, construyó la ermita de Santa Llucia con
dinero de su patrimonio familiar». Como que la empresa contaba con
patrimonio privado, «el padre Llorenç era su propietario
absoluto».
«Aún en vida, el testamento de escritura pública nos cedía la
explotación de la ermita pero con una serie de cláusulas que son el
origen del abandono actual del templo», dijo el superior. «Como que
con ella no se puede hacer ningún tipo de negocio, la venta de un
solo café nos haría perder la propiedad, nos vemos obligados por
falta de dinero a no poder reformarla y falta de interés también
por parte de la Iglesia, a ver con pena como se va cayendo día a
día». Un hecho muy curioso que, ni los abogados consultados por los
dominicos encuentran solución a este singular episodio.
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