Imagen de una de las entradas de la urbanización propiedad de Habitat Golf Santa Ponça. Foto: J.R.

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Numerosos polígonos urbanos de Santa Ponça, cuyo Plan Parcial fue aprobado definitivamente en septiembre de 1975, y que afectan a las urbanizaciones Nova Santa Ponça y Santa Ponça Golf, propiedad de la urbanizadora Habitat Golf Santa Ponça SL, llevan años sin conservación ni mantenimiento. La promotora y el Ajuntament de Calvià negocian desde 1991 la recepción de la urbanización sin que se haya llegado a un entendimiento sobre el coste de las deficiencias que debe asumir la urbanizadora antes de que el Consistorio se haga cargo de la misma.

Esta valoración no es aceptada por la urbanizadora Habitat Golf Santa Ponça (antes IMISA), propiedad de la familia Nigorra, que paralelamente a las negociaciones recepcionar la urbanización mantiene contra el Ajuntament una larga lista de litigios y contenciosos administrativos.

Un informe de un gabinete externo (Gema Gestión y Estudios de Medio Ambiente SA) encargado por el Ajuntament y asumido por los propios técnicos municipales, sobre la falta de adecuación de los servicios respecto a lo previsto en el Plan Parcial y su Proyecto de Urbanización, valora en unos cinco millones de euros el coste total para subsanar todas las deficiencias.

El Ajuntament, ante el «deficiente estado de las instalaciones de alumbrado público, con el consiguiente perjuicio que ello pudiera comportar a los vecinos de la urbanización Nova Santa Ponça», procedió a hacerse cargo en 2001, por su cuenta y unilateralmente, mediante decreto, de la red de alumbrado.

Esta medida municipal fue argumentada ante la «pasividad del urbanizador tanto en lo que se refiere a la subsanación de las deficiencias en la ejecución de las obras como en la inactividad del promotor en cuanto a la propia prestación del servicio de alumbrado público a los vecinos de la urbanización». La subsanación de las deficiencias sólo en el alumbrado, obra ejecutada por la empresa EMTE, ha costado a las arcas municipales más de un millón cien mil euros, además de otras intervenciones urgentes que tuvieron que asumir los servicios municipales con anterioridad. Desde entonces el Ajuntament se encarga de este servicio pero el mantenimiento del pavimento, aceras, bordillos y jardinería, no se hace porque la urbanización no esta recepcionada y la promotora alega que debe hacerlo el Ajuntament al estar más de la mitad de las parcelas de la urbanización construidas. En efecto, en el acuerdo de aprobación del Plan Parcial de 1975 se dispone que «la totalidad de los gastos de prestación del mantenimiento de servicios y obras correrá a cargo del promotor hasta que la edificación alcance más del 50%». Esta circunstancia ha sido reconocida desde 2000 por el Ajuntament, que quiere recepcionar las urbanizaciones pero sin deficiencias y Habitat Golf Santa Ponça no quiere pagarlas. Mientras tanto se multiplican las denuncias de vecinos.

El consejero delegado de Habitat Golf Santa Ponça SL, Juan Nigorra, ha manifestado que el Ajuntament ha ingresado en las arcas municipales más de setenta y dos millones de euros (doce mil millones de las antiguas pesetas) en concepto de contribuciones, plusvalías y licencias de obras, en el ámbito de la urbanización de Santa Ponça y entiende que debe recepcionarla sin que su promotora deba pagar nada.