El Ajuntament de ses Salines ha vallado y cortado el paso de
peatones por todo el perímetro de la fachada de la Església Vella,
ante el peligro de desprendimientos de tejas o piedras a causa del
mal estado de la cubierta de este antiguo edificio que pasó a ser
de titularidad pública hace poco más de un año. Para evitar que los
peatones pasen por debajo del templo, el Ajuntament ha colocado
unas barreras que tiene la intención de sustituir por una tela para
no restar plazas de aparcamiento.
El tejado de la Església Vella está muy deteriorado y, según
explicó el teniente de alcalde, Antoni Caldentey, «estamos
pendientes de que técnicos de Patrimoni del Consell vengan a ver el
estado de la cubierta para arreglarla de forma urgente». Caldentey
apuntó que la mejora del tejado debe hacerse de forma inminente, no
sólo por el peligro existente sino también porque la humedad y el
agua que se filtra afecta el interior del templo.
El regidor anunció además que, a pesar de que esta mejora se
hará de forma urgente, la reforma integral y anunciada del edificio
tendrá que hacerse «a cuatro o cinco años vista porque se tendrá
que invertir mucho dinero». En este sentido, el objetivo del
Consistorio es firmar un convenio a tres bandas entre Ajuntament,
Consell de Mallorca y Govern de les Illes para poder llevar a cabo
la conversión de la Església Vella en un centro cultural para
exposiciones o conciertos de música.
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