La época del año en la que se celebran las ferias de Inca previas
al Dijous Bo conlleva un importante peligro de lluvia. Así ocurrió
ayer en la última, la feria medieval, aunque la ciudad ya está
preparada y parece que los visitantes también, puesto que las
calles permanecieron bastante concurridas y cubiertas de
paraguas.
«La lluvia no llega a caer fuerte, y con la gran cantidad de
gente que hay, mantendremos la mayoría de atracciones y
actividades», explicó ayer al mediodía el regidor de Fiestas y
Ferias, Sebastià Gamundí. El principal reclamo de la feria, que
permanecía instalada desde el sábado por la tarde, fue el mercado
de época instalado en las principales calles del centro, adornadas
para la ocasión. Los productos artesanales y naturales ocuparon la
mayor parte del mercado, en unos expositores que recreaban la época
medieval.
Equilibristas, malabaristas y hasta domadores de serpientes
ayudaron a recrear este ambiente. Especialmente concurridos fue el
espectáculo pirotécnico celebrado el sábado por la noche en el
Plaça d'Espanya.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.