El Ajuntament d'Inca ya tiene todo listo para celebrar el próximo
jueves día 18 el Dijous Bo, su gran feria, «una expresión de
mallorquinidad, un gran escaparate de toda Mallorca, porque es una
feria que ya trasciende a Inca y pertenece a todos los
mallorquines», afirmó ayer el alcalde Pere Rotger, quien en este
sentido ironizó al decir que «ya le gustaría a nuestra presidenta
(Maria Antònia Munar) que la Diada de Mallorca tuviese la
importancia y la participación del Dijous Bo».
El edil responsable de la organización, Sebastià Gamundí,
explicó ayer, en la presentación, que el programa de actos mantiene
sus principales reclamos: muestra ganadera en la Plaça del Bestiar,
con la novedad de la primera subasta de porc negre, la muestra de
comercios en la Plaça de la Llibertat, la de maquinaria agrícola en
el polígono industrial, y la pasarela de moda «Inca Ciutat de la
Pell», que este año cumple su sexta edición. Como novedad, Gamundí
anunció que aumentarán las actividades por la tarde para alargar la
jornada, celebrándose una exhibición de «trial-bike» y otra de
vehículos «tunning» en la Plaça del Blanquer.
El edil explicó que si el tiempo acompaña, las previsiones
municipales son de recibir a unos 200.000 visitantes durante todo
el Dijous Bo y la noche anterior, cuando la ciudad se convierte en
un punto de «marcha» para muchos jóvenes de la Isla. Precisamente
por estas grandes cifras a las que se han llegado, el alcalde
explicó que no se ha previsto que el recinto ferial aumente. «Hay
que ir con cuidado con perder el carácter de la feria o que la
gente que venga se sienta incómoda por las aglomeraciones», dijo
Rotger.
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