La residencia de ancianos presenta unas condiciones «infrahumanas»,
admitió ayer el alcalde Antoni Pastor, quien subrayó su estado
ruinoso y un déficit presupuestario que asciende a los 885.832'46
euros. Estas son dos de las razones a las que se aferra el pacto de
gobierno manacorí para impulsar la demolición total del inmueble
que ocupa la actual residencia geriátrica y sobre el mismo solar
iniciar la construcción de una totalmente renovada con capacidad
para 120 plazas destinadas a ancianos asistidos. La decisión de
demoler la actual residencia contrasta radicalmente con la
propuesta de ALM-UM, principal grupo de la oposición, que apuesta
por mantener el geriátrico municipal y construir una nueva
residencia comarcal.
«No podemos seguir manteniendo una de las peores residencias de
Mallorca», manifestó ayer el alcalde Pastor, que compareció en
rueda de prensa acompañado por el delegado de Servicios Sociales,
Rafel Nicolau, y el portavoz del gobierno local, Jaume Darder. Los
tres defendieron el convenio de cesión del solar de 9.100 metros al
consorcio del Govern y de S'Institut. Según el alcalde, con el
nuevo geriátrico, los actuales residentes «mantendrán todos sus
derechos, ya que seguirán pagando igual que ahora, siendo el
Ajuntament el organismo que se hará cargo de la diferencia entre el
precio que pagan y el 75% de su pensión». Si el equipo de gobierno
defiende una única residencia con un 60% de plazas públicas y 40%
para una empresa concesionaria, ALM-UM, que ayer criticó el
convenio en una rueda de prensa, propone que el Ajuntament busque
unos nuevos terrenos (rústicos o urbanos) para ceder al Consorcio
para construir el nuevo geriátrico y que mantenga en funcionamiento
la actual.
Miestras el gobierno de Pastor asegura que «no se cede la
propiedad de los terrenos y que, por tanto, no perdemos
patrimonio», ALM-UM dice que si se mantiene la actual residencia
«no se perdería nunca el uso».
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