Los niños expusieron ayer los problemas del centro escolar. Foto: ELENA BALLESTERO

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«A mí no me gusta de esta escuela que está muy vieja y rota y la gente cuando pasa por fuera dice 'no, no, este colegio es muy viejo no quiero apuntar a mi niño aquí', le tendrían que hacer un buen retoque». La frase fue pronunciada ayer por Andrés, un alumno de primero de Primaria del colegio público Llevant de Inca, durante la sentada reivindicativa que desde las 9 a las 9, 45 horas protagonizaron padres, alumnos y profesores de la escuela reivindicando una puesta a punto del centro.

Desde hace siete años las persianas no funcionan, las baldosas del suelo se mueven, se desprenden trozos de las paredes, el pavimento del patio tiene grietas y se forman charcos cuando llueve, los baños se estropean con frecuencia y muchos días no hay agua. «La cortan y no podemos beber y pasamos sed y calor y además se embozan los baños», dicen los niños, que reclaman que se arregle el algibe. Ayer precisamente, padecieron el último corte de agua. «No tenemos aparcamiento de bicicletas y ya hace tiempo que lo pedimos», continúan los pequeños.

«Los alrededores de la escuela están muy sucios, la barrera del patio está estropeada, dentro de las aulas no podemos sentarnos como queremos porque somos demasiados, tenemos goteras y humedades, cuando llueve sale agua de debajo de las baldosas y las placas del techo se caen». Los alumnos del colegio público Llevant fueron relatando ayer una a una las deficiencias de las instalaciones con las que conviven cada día en un centro que defienden a ultranza porque «nos encontramos bien en esta escuela porque hay gente de todas partes del mundo, aprendemos de todas las culturas y hacemos buenos amigos», dicen.