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El Ajuntament d'Inca realizará el próximo verano una serie de obras en el edificio municipal del cuartel General Luque que ocupan actualmente los efectivos de la Guardia Civil en la ciudad para frenar así el proceso de ruina que padecen estas instalaciones desde hace años y que se ha ido agravando con el paso del tiempo. El alcalde Pere Rotger manifestó recientemente que el Ajuntament invertirá alrededor de 85.000 euros para realizar una serie de obras en las dependencias de la Guardia Civil, principalmente en el tejado, que se ha derrumbado en varios puntos y esto produce filtraciones que van agravando el estado del inmueble. También se harán reparaciones en la fachada, donde varias cornisas y ventanas se han ido abajo.

«El nuevo cuartel todavía tardará un año y medio en estar acabado y las condiciones actuales de trabajo de los agentes son de precariedad total», explicó el alcalde, que añadió que «el edificio es municipal y se trata de que cuando se vaya la Guardia Civil pueda ser utilizado». El edificio donde se realizarán estas obras es el único que todavía ocupa la Guardia Civil en el antiguo y extenso cuartel, que pasó a ser propiedad municipal en 1995. Desde entonces ya estaba proyectada la construcción de un nuevo cuartel para la Benemérita en Inca, que se ha ido retrasando hasta ahora, que se encuentra en obras. La falta de inversión en las antiguas dependencias militares, a la espera del nuevo cuartel para la Guardia Civil, ha acelerado su proceso de degradación.

El cuartel General Luque consta de varios pabellones y terrenos que ocupan más de 36.000 metros cuadrados. En 1995, el Ajuntament d'Inca y el Ministerio de Defensa firmaron un convenio para la reversión del cuartel a la ciudad, que había sido construido por el propio Ajuntament a principios del siglo XX. Ahora, el cuartel está llamado ser uno de los principales atractivos del municipio con diferentes proyectos en marcha para la rehabilitación de los pabellones y la ubicación de servicios y equipamientos. Entre estos proyectos están el Museu del Calçat, con la aportación de 3 millones de euros del Govern, la nueva sede del Museu de l'Educació, un nuevo edificio para el área de Servicios Sociales o la sede de un centro para la recuperación de oficios tradicionales. Actualmente hay varios talleres de formación y un centro de información universitaria.