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Científicos del Institut Botànic de Barcelona, Jardí Botànic de Sóller, Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente de la Comunidad de Murcia, expertos del Centro de Investigación y Experiencias Forestales (CIEF) de Valencia, Jardí Botànic de la Universitat de València, Conservatoire Botanique Nacional Méditerranéen de Porquerolles sito en la Provenza francesa, del Mediterranean Agronomic Institut of Chania (Creta), Universita'Degli studi di Cagliari (Cerdeña), Universitá di Catania (Sicilia), y del Institut de Regions Arides de Túnez, iniciaron ayer en Sóller una serie de reuniones que servirán para dar a conocer los primeros resultados del proyecto Genmedoc que, entre otras iniciativas, persigue establecer toda una serie de criterios encaminados a determinar que especies florísticas son las precisas para la restauración de hábitats degradados.

En este sentido, cabe destacar la aportación tunecina en el tratamiento de especies adaptadas a condiciones de extrema sequía. Circunstancia ésta que empieza a ser frecuente en ciertas regiones del Mediterráneo debido a la desertización. En el proyecto Genmedoc participan centros de diferentes países de la cuenca del Mediterráneo occidental para proteger, conservar y asesorar en la gestión de recursos vegetales en una región donde el desarrollo y el progreso no ha sido respetuoso con el medio ambiente.

En cada país, las acciones son llevadas a cabo por centros especializados que trabajan en colaboración con las administraciones responsables de la gestión del territorio. Las islas del Mediterráneo occidental, Balears, Córcega, Cerdeña, Sicilia y Creta, juegan un papel primordial ya que debido a su insularidad, reunen las condiciones idóneas para que en ellas se desarrollen especies únicas.