El cierre del paso a nivel de Crist Rei provoca que todos los vecinos de esta zona tengan que acceder al centro cruzando las vías y la zona de obras de la estación.

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Cuatro días después del cierre del paso a nivel de Crist Rei de Inca por las obras de soterramiento, los vecinos y los comerciantes de esta zona manifiestan su malestar con el Ajuntament por las continuas molestias que dicen padecer a diario. Ayer, a las doce del mediodía, una docena de comerciantes y vecinos se reunieron para constituir una plataforma independiente que exija indemnizaciones y soluciones. «Al eliminar el paso a nivel sin ofrecer ninguna alternativa toda esta zona ha quedado aislada de Inca y estamos notando una menor afluencia de clientes, con pérdidas que llegan al 50 por ciento. Pediremos al Ajuntament que nos exima de algunos impuestos para evitar tener que cerrar nuestros negocios», explica Pedro Vilanova, de la papelería Vilanova.

Tanto el PSOE como el PSM exigen al Ajuntament que habilite cuanto antes un nuevo paso para peatones frente a la guardería de Toninaina, que fue retirado por ser inseguro hace un año y medio, y que evitaría a los padres de alumnos de este centro y del colegio público de Ponent tengan que dar la vuelta a todo Inca para acompañar a sus hijos al colegio, además de facilitar también el acceso a las piscinas municipales, situadas en la misma zona.

Junto a él, algunos vecinos lamentan que el alcalde, Pere Rotger, no haya cumplido con su promesa de habilitar una acera que facilite el acceso al único paso para peatones que existe ahora en la zona, situado en la estación. «En la única reunión informativa a la que asistimos los vecinos se nos prometió que podríamos llegar a la estación por una acera, y ahora nos encontramos que debemos cruzar por en medio de la obra», explica Antoni Molinos, vecino de la zona.