Los túneles de Sóller y de Peguera han dejado de ser de los más
inseguros de Europa. Si hace unos días se inauguraron las medidas
de seguridad del paso subterráneo de Sóller, ayer le tocó el turno
al de Son Vic (840 metros) construido en 1993. En el interior del
túnel se han instalado 14 cámaras de TV y 23 altavoces y, además,
se le ha dotado de un sistema de detección automática de
incidencias (colas, humos, viandantes o bicicletas). Asimismo,
cuatro paneles antes de entrar en las bocas del túnel informan de
las incidencias en el paso subterráneo.
Entre estas medidas, también destaca el sistema de detección de
mercancías peligrosas que impedirá que dos vehículos de estas
características circulen al mismo tiempo por el túnel. En total, el
Consell ha invertido 1,7 millones de euros en este proyecto que
también ha incluido la mejora de la intersección de Camp de Mar
para intentar reducir el número de accidentes.
En la acto de inauguración, Maria Antònia Munar, presidenta del
organismo insular, subrayó la importancia de garantizar la
seguridad de residentes y turistas, al mismo tiempo que destacó el
objetivo del Consell de consumir poco terreno en sus proyectos de
carreteras. Antoni Pascual, conseller d'Obres Públiques, hizo
referencia a la eliminación de «puntos negros» de las
carreteras.
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