Los vecinos del pequeño núcleo urbano de Ullaró han expresado sus
quejas por los ruidos y el polvo que provocan por las obras de la
autovía Inca-sa Pobla. La principal perjudicada es la propietaria
de un agroturismo situado a pocos metros del nuevo trazado de la
autovía.
La propietaria del agroturismo de Son Pons, Ingrid Uta Wolter,
se muestra preocupada por las consecuencias que estas molestias
ocasionan al agroturismo: «Resulta que tengo un pequeño hotel de
calidad de seis habitaciones y ha dado la casualidad de que este
verano los huéspedes de cuatro habitaciones han adelantado su fecha
de salida por el ruido de las obras que no soportaban más». «Desde
Alemania también ha habido cancelaciones; cuando la gente sabe que
aquí hacen obras no le hace gracia», añade.
Wolter acudió la semana pasada acompañada de la vecina Maite
Jaume a la Conselleria d'Obres Públiques del Govern balear para
pedir una solución a esta problemática que preocupa a todos los
residentes de Ullaró. Las dos vecinas plantearon a un técnico la
posibilidad de paralizar las obras delante de Ullaró durante los
meses de verano pero esta petición no fue aceptada.
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