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A.BASSA/J.SOCIES
La lluvia robó protagonismo a la feria medieval de Santanyí. Pero pese a la intensa agua que cayó durante casi todo el día, vecinos y visitantes no quisieron perderse el encanto de lo tradicional y bajo el paraguas, asistieron a la convocatoria organizada por el Ajuntament de la localidad y la Conselleria de Comerç del Govern, que proponía un interesante viaje al pasado.

La plaza Major de Santanyí y sus alrededores se llenaron de aromas y sabores tradicionales. Se revivió la época del medievo y pudo seguirse en directo el arte de los mestres artesans de las Illes. Engalanados con la indumentaria adecuada para la ocasión, alrededor de 30 expositores mostraban bisutería, gastronomía o calzado, entre otras manualidades. Cubiertos entre plásticos y telas, al mal tiempo buena cara. Y es que era frecuente oír comentarios del tipo: «Qué lástima que llueva con lo atractiva que es la feria».

Esta es la tercera edición y se convoca cada dos años. Desde el Ajuntament explicaron que la filosofía con que se organiza este acto es la de ofrecer a los vecinos un viaje 700 años atrás y también una alternativa a los turistas. Debido a la lluvia no se contó con todos los expositores previstos inicialmente, alrededor de 40, pero fueron muchos los que retaron al mal tiempo para disfrutar de las delicias gastronómicas del evento. El alcalde de Santanyí, Miquel Vidal, explicaba que «a los vecinos les encantan estas convocatorias y disfrutan mucho con esta oferta pues pese al mal tiempo ha habido participación».