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M.M.
La I Fira d'Antiguitats abrió ayer sus puertas en el Pavelló de sa Creu con un gran repertorio de antigüedades. La amplia variedad de artículos de los expositores suplió la falta de espacio y de servicios del recinto que, debido a la lluvia, se quedó además sin el aparcamiento en una finca próxima que el Ajuntament había habilitado.

Aún así, la visita permitía encontrar antiguallas de gran nivel, como una daga española del siglo XVI, una preciosa licorera francesa del siglo XIX, facsímiles de los Beatos de la Seu d'Urgell o un «Romancero gitano», de Albertí firmado de su puño y letra.

En la Fira, que ha sido organizada por la empresa catalana Llobregat Lúdics y que estará abierta hasta el próximo domingo, se pueden ver muebles de todas las épocas, incluidas piezas de los años setenta. También hay espacio para la pintura y para el coleccionismo, con un amplio surtido de máquinas de escribir, tocadiscos, planchas y molinillos de café e incluso un espacio dedicado a los vinos.