Las obras en las instalaciones portuarias de Sóller comenzaron hace meses.

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LL. GARCIA
El director general de Ports, Fernando Garrido, cumplió anteayer con su promesa y se presentó en Sóller con una nueva propuesta para la distribución espacial de los nuevos muelles. Así y todo, se encontró con una fuerte división de opiniones entre el numeroso público que se había congregado en Ajuntament: hoteleros, comerciantes y pescadores, además de miembros de la oposición municipal.

El alcalde Carles Simarro y el representante del Govern se esforzaron por dejar claro que la nueva propuesta recoge «exactamente» las demandas hechas durante las reuniones sectoriales de hace dos semanas y que el proyecto modificado suponía «una importantísima reducción de los espacios construidos sobre los muelles que figuraban en el primero proyecto», así como «una reducción y limitación de los usos comerciales», ya que sólo se permitirán los relacionados con la náutica. Garrido anunció que el proyecto «no se volverá a poner en exposición pública».

Según Garrido, «sobre el nuevo muelle únicamente habrá espacio para los pescadores y un restaurante construido en una planta. Este hecho «sólo corresponde a la reubicación del viejo edificio de la lonja que también tiene que derribarse», matizó Garrido. En cuanto al antiguo edificio militar, Garrido aseguró que el que se construirá en su sitio tendrá 700 metros cuadrados menos que el actual. A pesar de estas importantes modificaciones que, a grosso modo son aceptadas por los comerciantes, Garrido se encontró otra vez con la oposición de hoteleros y pescadores. Algunos de los hoteleros presentes llegaron a cruzar fuertes palabras con Simarro y Garrido, y afirmaron que «en ningún puerto del mundo, y mucho menos si es tan turístico cómo el de Sóller, se gana terreno al mar para después construir encima pantallas visuales».

Por su parte, los pescadores presentes afirmaron que «el proyecto no hace más que arrinconarnos y no soluciona nuestros problemas. Nosotros no queremos movernos del sitio que actualmente ocupamos.

Garrido defendió la fórmula de concesión privada que el Govern quiere implantar en el puerto, y remarcó que «se trata de un buen proyecto, ya que de los 3.541 metros cuadrados que se preveía construir sólo se construirán 2.800. Este recorte servirá para bajar la altura de las edificaciones y aumentar el número de aparcamientos en un 80 por ciento».