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J. M. SASTRE/J. SOCIES
Estaba anunciado, era inevitable, todo el mundo sabía que este momento llegaría pero, aun así, tal vez a alguien le quedaba un resquicio de esperanza. Pero los tiempos cambian, no entienden de sentimientos y ayer Manacor lo vivió en sus propias carnes. Las máquinas excavadoras comenzaron a derribar la histórica fabrica de Majorica, un lugar donde miles de manacorins y manacorines han tenido su puesto trabajo, un lugar que toda la ciudad sentía como propio.

Ahora, además de herir los sentimientos de los vecinos, también se marca la fisonomía urbana de Manacor. La manzana que rodean las calles Pedro Riche, Mossén Alcover, dels Creuers y Vía Majorica no será la misma. En el lugar de la fabrica se construirán cerca de 300 viviendas. De todos los edificios existentes sólo quedará uno en pie que, paradójicamente, es el más antiguo: La conocida como caseta de Pedro Riche. Es de propiedad municipal y el Ajuntament tiene previsto abrir un museo de la perla.

Actualmente, de la fábrica de Vía Majorica sólo se utiliza la nave de exposición y visita para los turistas y curiosos y la zona del aparcamiento. El resto de les maquinas del proceso de fabricación fue trasladado a una nave del polígono industrial. Esta zona de visitas y la zona de aparcamiento de autocares se utilizarán hasta finales de junio. De hecho, Majorica tenía que abandonar de forma definitiva toda la fabrica el pasado mes de septiembre pero lo alquiló a Rústic, empresa a la que vendió toda la manzana.