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Las vacas que han hecho famosa la playa de Cala Varques no volverán al arenal. Su propietario, Joan Sureda, ha decidido encerrarlas y acabar con las visitas que realizaban desde hace 14 años. El principal motivo es la malnutrición de las vacas que se habían acostumbrado a comer sandía y otras frutas y manjares que consumían con o sin permiso de los bañistas. «Han adelgazado mucho porque se han acostumbrado a comer fruta y una vaca con una sandía no puede vivir», cuenta Sureda, quien también justifica su decisión en que «la gente comenzó a abusar de ellas y a hacerles impertinencias». El propietario niega que se haya sentido obligado a tomar esta decisión por la denuncia que hizo el año pasado Demarcación de Costas contra el Ajuntament por la presencia de las vacas en la playa. «Ni mucho menos lo hago por la denuncia, las vacas tienen derecho a vivir en la naturaleza y por alguna razón Cala Varques es una playa virgen. Lo que no entiendo es que denuncien las vacas y no digan nada a la gente que lleva sus perros a la playa y que encima embisten a las vacas». Sureda añade que «ahora veremos quién limpia el bosque como lo hacía las vacas que realizaban una gran labor para prevenir incendios». Cuenta que hay clientes de hoteles de la zona que piden cuándo aparecerán las vacas. «Nunca más», contesta Sureda.