La sentencia del juez concluye que el incremento de cerca de un 50 por ciento respecto al presupuesto inicial de esta gran obra que se inauguró en septiembre de 2004 está justificado y que, además, los demandantes no han aportado pruebas mientras que el Ajuntament d'Inca sí ha justificado estos gastos a través de informes tanto del arquitecto como del director de la obra.
Ayer el teniente de alcalde, Rafel Torres y el concejal de Urbanisme, Bartomeu Seguí, aprovecharon para pedir la dimisión de los dos principales portavoces de la oposición, Xavier Ramis y Xisca Vives. «Les pedimos que dimitan porque creemos que han entrado en una dinámica de judicializar la vida política que sólo busca desgastar al equipo de gobierno y al alcalde, Pere Rotger, con grandes titulares e intentado que la gente piense que aquí hay corrupción. Nosotros nos vemos obligados a aguantar la tormenta mediática y luego, a la hora de la verdad, como demuestra esta sentencia, todo se queda en nada. Nos han hecho perder el tiempo y el dinero, y ni siquiera han aportado pruebas», lamentó Torres, que añadió que estos hechos demuestran la «dejadez» de la oposición de Inca.
Ingenuos
Más contundente fue Seguí que invitó a los dos grupos de la oposición a oposición a «espabilarse si quieren ser una alternativa». «Esta sentencia demuestra que Vives y Ramis o bien son muy ingenuos o bien tienen gente detrás que les incita a denunciar asuntos y finalmente acaban haciendo el tonto», dijo, y añadió que preferiría tener una oposición mejor.
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