El Ajuntament de Pollença negocia con el Govern de les Illes Balears la construcción de una parada de autobuses cubierta dentro del casco urbano después de que el concesionario del servicio regular de transporte haya vendido la concesión a un segundo sin venderle también la vieja estación de autobuses.
El hecho es que hace semanas que la estación de autobuses permanece cerrada y los autobuses estacionan a las puertas, a pleno sol, donde no hay baños públicos. Las quejas de los usuarios se han disparado y denuncian además un cambio de frecuencias y horarios en los desplazamientos entre Pollença, el Port y la Cala.
El regidor de Urbanismo de Pollença, Joan Cerdà (UM), comunicó esta semana su intención de aprobar en el próximo pleno el proyecto de construcción de una parada en condiciones, en la calle Cecili Meteló, entre el parque infantil y el futuro auditorio aprovechando así los baños públicos que ya existen en la zona. El anuncio no ha sentado bien al alcalde de Pollença, Bartomeu Cifre (PP) que se enteró en la comisión informativa, a cinco días del pleno, de la propuesta de su socio de gobierno.
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