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LL. GARCIA
El director general de Recursos Hídrics, Joan Crespí; la gerente de la Agencia Balear del Agua, Bárbara Mestre; el alcalde de Sóller, Carlos Simarro, y otros miembros del equipo de gobierno visitaron ayer las obras de la nueva depuradora de Son Puça, que con un presupuesto de más de tres millones de euros se llevan a término desde marzo.

A causa de las quejas que recientemente habían provocado los malos olores que desprenden las instalaciones de la estación de tratamiento que ahora se amplía, el Ajuntament invitó a los representantes de la Asociación de Vecinos de l'Horta para que conocieran los detalles de la reforma. En este sentido, los responsables de la Conselleria de Medi Ambient aseguraron que el verano que viene las instalaciones estarán en funcionamiento y se acabarán los problemas de malos olores que desde hace años afectan a la zona. Incluso, según denunciaron allí mismo los vecinos, en estos momentos se están efectuando vertidos de aguas no depuradas en el torrente Major, lo que ha hecho que todavía aumentara más el malestar.

La ampliación y la mejora de la depuradora de Sóller tiene un coste de casi 3,5 millones de euros y tiene como objetivo mejorar el rendimiento hidráulico de la estación, incrementar la capacidad de tratamiento y garantizar la calidad de las aguas residuales. La ampliación permitirá la instalación de dos nuevas líneas de tratamiento de aguas residuales, la incorporación de un tratamiento fisicoquímico de emergencia (capaz de activarse en cuestión de minutos) y la sustitución de los filtros del tratamiento terciario existente, entre otras.