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A. BASSA
El alboroto que se ha levantado en el pueblo estos últimos días, las presuntas irregularidades denunciadas por el PSM y EU-EV, así como las amenazas de terminar en los juzgados, han hecho que el tribunal calificador suspendiera ayer el proceso de selección de las cuatro plazas para la brigada de Capdepera declarando nula la prueba de cultura general. La polémica nació a raíz de las críticas vertidas por el PSM y EU-EV al considerar que había indicios de posibles filtraciones en la prueba de cultura, que además tenía un nivel muy elevado. «Es imposible que cuatro de los aspirantes con un nivel de estudios de graduado escolar contestaran bien a las treinta preguntas que eran muy complicadas», expresaron Mateu Garau y Maria Orts.

«Es mucha casualidad -añaden- que haya cuatro plazas ofertadas y que haya cuatro que hayan sacado diez. Es sospechoso que una de estas personas entregase el examen en tan sólo 10 minutos». Ante estas sospechas, los dos partidos pidieron que se parase el proceso selectivo y que se nombrase un nuevo tribunal. Además, advirtieron que en caso contrario se verían obligados a impugnar el proceso e interponer un contencioso administrativo.

Las advertencias de los dos grupos municipales de la oposición han tenido su efecto. Ayer, estaba previsto hacer una nueva prueba de selección dentro del proceso, pero el tribunal decidió suspenderla y repetir la prueba de cultura general dentro de quince días para «evitar suspicacias y despejar cualquier duda sobre la credibilidad del tribunal». Así lo confirmó el presidente del tribunal y alcalde de Capdepera, Joan Ferrer, que quiso dejar claro que «no ha habido irregularidades ni el tribunal tiene intereses particulares».