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La Escolanía del Santuario de Lluc no sólo es noticia estos días por su modernidad con la incorporación de seis nuevas blauetes, sino también porque es un claro ejemplo de interculturalidad.

Y es que además de la incorporación de las seis nuevas blauetes, que se suman a las tres que llegaron el año pasado, se tiene que señalar que los padres de la mitad de los nuevos blauets proceden de diferentes partes del mundo.

Las nuevas blauetes asumen con ilusión los cambios que comporta para ellas la llegada del curso escolar. Para poder atender a las nuevas incorporaciones, el Santuario ha incorporado en su plantilla a una educadora que les atenderá durante las tardes. Los motivos de por qué las blauetes cursan sus estudios y cantan en el coro de Lluc son diversos, pero a menudo se da el caso que anteriormente han pasado por la escolanía amigos o hermanos. Así lo explicó Francisca Immaculada Gelabert de Sineu: «Mi tío vino a la Escolanía y mi hermano también; yo quería entrar hacía tiempo pero no pude porque no era para niñas». Una de las recién llegadas, Bel Maria Avellà, de Inca, comenta que «he venido porque mi hermano ya vino a la Escolanía y me hacía ilusión».