Jaume Sastre defendió en todo momento su inocencia ante las acusaciones de coacción y amenazas. Foto: J.M.S./P.B.

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GUILLEM MAS
El juicio contra el dirigente del Lobby per la Independència, Jaume Sastre, por un supuesto delito de coacciones y amenazas contra Pedro J. Ramírez ha quedado visto para sentencia, después de la vista oral celebrada ayer en el Juzgado de Instrucción número 6 de Manacor que duró cinco horas. La abogada de la acusación particular, Cristina Peña, ha solicitado la pena máxima para este tipo de delito, cuatro años y medio de prisión; mientras que la Fiscalía sólo ha contemplado un delito de falta de coacciones imponiendo una multa de 15 días a razón de una cuota diaria de 30 euros, unos 450 euros. Por su parte, el abogado defensor, Josep de Luis, pidió la libre absolución del acusado. Los hechos que se juzgaron se remontan el 13 de agosto de 2004, cuando Jaume Sastre convocó una rueda de prensa en la Costa de los Pinos, en Son Servera, para reivindicar el derecho de paso en la zona de dominio público donde se encuentra la piscina pública que utiliza el periodista. Sastre envió un correo electrónico a los medios de comunicación, y al propio Ramírez, anunciando más acciones hasta que cumpliera la Ley de Costas.

Otro punto de la vista fue el artículo publicado en Diari de Balears el 7 de agosto de 2004, donde Sastre afirma que su acción servía para llamar la atención «sobre la intolerable apropiación privada que se hace de nuestro litoral y también, porque el diario de Ramírez se ha distinguido por sus ataques injustos, injustificados y furibundos contra nuestra lengua y el colectivo de profesores». La abogada de Pedro J. Ramírez insistió durante la vista que tras la rueda de prensa del 13 de agosto de 2004, Sastre y veinte personas más habían intentado acceder por la fuerza a la piscina del periodista madrileño. Todo ello, sin que la acusación presentara ninguna prueba visual sobre ello. Este extremo fue compartido por el sargento del cuartel de la Guardia Civil de Artà, Enrique Martínez Valverde, quien a pesar de no estar presente en el lugar de los hechos remitió el pasado 20 de noviembre un informe en este sentido. La periodista Margalida Solivellas, de TV3, declaró como testimonio que sólo eran tres personas y que no ejercieron ningún tipo de violencia. En el momento de su declaración, Jaume Sastre negó cualquier intención de coaccionar a Ramírez y se limitó a defender la titularidad pública de la piscina que usufructúa en la Costa dels Pins, y que fue elegido objetivo por ser un personaje muy influyente y «antimallorquín».

En la vista de ayer también comparecieron Pedro J. Ramírez y su compañera sentimental Àgatha Ruiz de la Prada que manifestaron que las acciones de Jaume Sastre les han provocado «una pesadilla», «un calvario», «terror» y «pánico». No obstante, el día de los hechos, la pareja se encontraba en una comida en Valldemossa siendo sus hijos y unos invitados los únicos habitantes de la casa junto al personal de seguridad. El periodista madrileño reconoció que cuando compró el chalet conocía el estado de uso público y gratuito de la piscina y que en 2004 no estaba restringido el derecho de paso. Por su parte, Ruiz de la Prada aseguró que las fotografías realizadas sobre su chalet y la piscina publicadas en revistas de diseño se realizaron «cuatro o cinco años antes de los hechos», hechos que calificó como de «terror porque más miedo no pueden dar estos grupos independentistas con odio».