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JAVIER JIMÉNEZ
Hijo del Cuerpo y presa del Cuerpo. Todo en uno. La fotografía que ilustra esta página es de lo más reveladora: Hidalgo, en sus años mozos, marcha con paso marcial en un desfile de la Benemérita. La otra imagen, que ya es historia de la corrupción urbanística en la isla, es la de Hidalgo esposado por su ex compañeros de la Guardia Civil. Las dos caras de una misma moneda: el agente incorruptible y el alcalde supuestamente corrupto.

La 'operación Voramar', además, se ha internacionalizado. Ahora la Interpol está siguiendo la pista del dinero en Francia y Suiza. Ayer continuaron las declaraciones de imputados, y la cifra ha aumentado. Otros, pronto dejarán de serlo porque están colaborando con las autoridades. Después de tres días encerrados en el sótano de la Comandancia de la Guardia Civil, hoy a las ocho de la mañana Eugenio Hidalgo, Jaume Massot y Jaume Gibert saldrán de los calabozos. Irán engrillonados y fuertemente custodiados. La expectación es máxima y se prevé un «lleno absoluto» en los juzgados de Vía Alemania, que podría convertirse en un auténtico circo mediático. El estado físico del trío se ha deteriorado de forma alarmante, en especial el de Gibert. Solloza, gime y sufre frecuentes crisis de ansiedad.

Ajeno a este drama personal, la Policía Judicial de la Guardia Civil continúa con su rodillo, a un ritmo constante. No bajan la guardia y se están analizando miles de folios de documentación variada. Arquitectos, aparejadores, abogados, políticos, funcionarios, promotores, constructores, empresarios y algún hotelero aparecen ya en las diligencias secretas. Su caída es cuestión de días, o quizás semanas. Y por si la sombra policial y judicial fuera poco, luego acecha la Agencia Tributaria. Muchas familias, de confirmarse la teoría de los investigadores, podrían perder buena parte de su inmneso patrimonio amasado en los últimos años. Sobre todo las que no puedan justificar cómo compraron chalets, coches de lujos y grandes barcos con nóminas de lo más normal.