Enrique Martínez (señalado con un círculo) escucha las explicaciones de Pedro J. Ramírez en el juzgado de Manacor. Abajo, el informe de la Delegación del Gobierno que dice todo lo contrario que el sargento primero.

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R.P.F.
El sargento primero y comandante accidental de Artà, Enrique Martínez Valverde, recibió el pasado miércoles 22 de noviembre en su despacho del cuartel a la periodista Laura Morral para hablar del informe de carácter incriminatorio que había redactado dos días antes contra el dirigente del Lobby per la Independència, Jaume Sastre. La periodista quería saber por qué su informe hablaba de una manifestación violenta ante la casa de Pedro J. Ramírez el 13 de agosto de 2004 cuando la Delegación del Gobierno certificó que se celebró una rueda de prensa pacífica a cargo de tres personas. Martínez Valverde fue llamado a declarar el pasado lunes día 27 de noviembre ante el juez. Allí dijo que era un subordinado, que no vio a la gente que participó en la «manifestación», que el polémico informe contaba con el visto bueno de su superior jerárquico, y que lo redactó presionado por las prisas a partir de lo que le habían informado dos años atrás por radio-teléfono desde el lugar de los hechos.

Sin embargo, el sargento había ofrecido con anterioridad otra visión de los hechos a la periodista, concretamente el día 22 de noviembre, fecha en la que este periódico desvelaba la contradicción frontal de los informes. Teniendo en cuenta que el oficio del sargento primero supone una prueba de cargo en un juicio por coacciones y amenazas con petición de penas de prisión, Ultima Horase ve en la obligación de reproducir la práctica totalidad de la entrevista realizada al sargento primero para ayudar a clarificar el rigor de su actuación en este asunto.

ENRIQUE MARTÍNEZ. -Como periodista, usted no puede tener un informe que yo he dirigido a un juez. Evidentemente todos somos hijos de Dios y todos tenemos derecho al amparo de la justicia.

LAURA MORRAL. -No se ponga así. Yo sólo he venido a preguntar unas cosas.

-Si yo de las cuestiones profesionales tuviera que dar cuenta a los periodistas, vamos arreglados.

-¿Usted estaba el 13 de agosto en la supuesta manifestación?

-Sí, estaba.
-¿En Artà?
-No, allí, in situ.
-¿In situ?
-In situ.
-¿En la piscina?
-Por los alrededores. Mi actuación física, es aquí (enseñando el walkman) y allí. Yo dirijo el operativo de servicio. Usted está hablando de una actuación en concreto, no del informe, que no puedo.

-Yo le pregunto por qué ha emitido este informe tan diferente al de la Delegación del Gobierno.

-Yo le vuelvo a repetir que no informo de mis actuaciones profesionales. Es una coacción que usted venga a pedirme explicaciones. Nada más cuando salga usted voy a llamar al juez porque una periodista ha venido a pedirme explicaciones de mis actuaciones profesionales. Ahora mismo.

-Yo no le he amenazado para nada.
-¡Yo me siento perplejo! Que los informes que yo mando al juez salgan de esta manera. ¡Cómo estamos dejando al poder judicial, señora mía!

-Pero usted antes, por teléfono, me dijo que igual se habían equivocado de día, o había una confusión.

-Creo que sí. Mire, esto... esto... lleva... hemos pedido... ha habido cosas en 2004 y 2005.

-¿Por qué se pone a la defensiva?
-Yo no estoy a la defensiva. Usted me ha amenazado. Me ha dicho que incurro... en alguna irresponsabilidad.

-La amenaza me la está haciendo usted. Yo he venido aquí a charlar, como usted me ha dicho. Yo he venido a mostrarle el documento, en plan normal. La amenaza en todo caso me la está haciendo usted porque me ha dicho que llamará al juzgado. Me está amenazando usted, no yo.

-Este informe no lo voy a discutir con usted. No sé por qué lo tiene. Quien me tiene que dar explicaciones es usted. Lo que sí le voy a decir es que en 2004 hubo unos incidentes, unos problemas, hubo actuaciones. Si me he equivocado, que me lo pidan las autoridades.

-¿Está usted de acuerdo con la cifra (de manifestantes) del 14 de agosto?

-¿Que haga una apreciación de valor? Si me pide el juez que haga una apreciación de valor, me acojo a mi derecho constitucional de no contestar, porque yo no puedo dar opiniones.

-Yo no estoy cuestionando su profesionalidad, sólo si usted emitió este informe porque estaba allí y lo vio o se lo transmitieron.

-Se dio la casualidad de que ese día estaba.
-¿Y vio que había un montón de gente?
-Había gente, había un montón de gente. Yo no le puedo decir si estaban a las diez. Lo que si sé es que desde las ocho de la mañana yo ya estaba allí, por todo. Lo que no sé es si a las doce me estaba tomando un café.

-¿Sus superiores tenían conocimiento de que su informe...

-...claro que no...
-...es muy diferente al suyo?
-No tienen que pedir explicaciones. Me las pueden pedir, si me las pide el delegado del Gobierno las tendrá.

-¿Por qué existe esta disparidad?
-Pues no lo sé. De lo que hagan mis superiores a mí no me tienen que dar cuenta.

-No le preguntaré más sobre su informe. Pero, ¿cómo puede ser que hablando del mismo día sean cosas tan diferentes?

-Yo me responsabilizo de los informes que hago.
-¿Entonces me está diciendo que no es cierto este informe (el de la Delegación de Gobierno)?

-Ni lo he leído ni lo voy a leer.
-Ya se lo digo yo un poco, lo que pone. (La periodista lee parte del informe). Yo tengo la duda...

-Pues la duda se la digo ahora y no lo diré a nadie. Si me he equivocado, que me metan en la cárcel.

-Vale, vale.
-¿Me explico o no me explico? No se lo voy a decir a usted, si me he equivocado, se lo voy a decir al juez.