«En Binissalem los caminos son intransitables y no se ha hecho ninguna inversión en muchos años. Según pasa el tiempo, hay más baches que se van haciendo más grandes con las lluvias», explicó Bernat Fiol, portavoz de Gadma. También añadió que «la gente que vive en el campo paga los impuestos como el resto de ciudadanos, pero no repercuten en las mejoras que necesitan para una calidad de vida digna».
El camino de Son Boc, el de sa Cabaneta, el del Pou Salat, el de Can Mendosa o el des Mitjans son buenos ejemplos de esta situación que denuncian los vecinos del campo. Algunos de estos caminos tienen unos baches tan hondos y tan abundantes «que ni tan siquiera se puede pasar con el coche. Es el caso del Camí es Velar».
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