El representante del comité de empresa del Ib-Salut, Bartomeu Ballester, fue especialmente crítico con el traslado del personal que trabaja en el ambulatorio de especialidades de Inca. «Los profesionales no se reúnen con el gerente desde agosto y no se les ha hecho ninguna entrevista hasta que el día 9 de enero se les informó de que harían un curso de informática la semana que viene. Hay facultativos que piden reuniones y nadie les atiende y todo indica que quieren abrir el hospital día 30 pero con una gran improvisación que está ocasionando estrés entre los profesionales. Si ellos van perdidos no quiero ni imaginarme lo qué ocurrirá con los usuarios», dijo.
Ballester también aseguró que la apertura del Hospital ha provocado una «guerra» con Son Dureta que ha hecho que algunos trabajadores hayan renunciado a ir a Inca tras recibir «presiones». «Se les amenaza de que si van a Inca se les sancionará y esto crea un estrés que se deriva de la falta de un plan de apertura. Parece que se desviste a un santo para vestir a otro», añadió, y recordó al Govern que la inauguración de un hospital no es como la de una carretera.
El STEI-i sostiene que el hecho de que el hospital comarcal recibiera 11.000 solicitudes de trabajo ha «desbordado» la gerencia y ha hecho que falte «transparencia» en algunos aspectos de las pruebas de acceso. «Muchas reclamaciones han quedado sin respuesta y esto es fruto de las prisas. Además el temario del examen, por ejemplo, se entregó sólo 15 días antes cuando requería al menos medio año de estudio. El examen, además, se libró en un sobre abierto y no se permitió a la gente que se llevara una copia».
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