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J.SOCIES/M.MEDRANO
Muchos municipios de la Isla que no celebran a lo grande el día de Sant Antoni aprovecharon el día de ayer para bendecir a los últimos animales tras una semana cargada de foguerons, torrades y fiestas de barrio llenas de calor y embutidos.

En Inca tras la misa de rigor la Avenida General Luque empezó a llenarse de gente y de todo tipo de animales que esperaban para recibir las gotas de agua bendita que teóricamente garantizan una buena salud durante todo el año.

El rector Santiago Cortés se encargó, desde las once de la mañana de bendecir. Este año la cuota de animales exóticos fue baja y sólo se vieron una iguana y una rana entre los «bichos raros». Predominaron los perros de todo tipo de razas y dimensiones, los gatos y también los pájaros, especialmente los canarios. Hubo alguna que otra pecera y lo que más llamó la atención fueron los caballos, que sobre las 11.30 llenaron la Gran Vía. Tras ellos aparecieron los ponis y una nutrida representación de carros.

Al margen de Inca también celebraron ayer las «beneïdes» en Costitx, donde celebran Sant Sebastià. En Mancor de la Vall, ya por la tarde, también se bendicieron a los últimos animales. Y otras localidades como Montuïri, Porreres, Campos o Felanitx, también celebraron en la mañana de ayer o por la tarde las tradicionales «beneïdes» de Sant Antoni. En Porreres la avenida Bisbe Campins fue un río de animales que se acercaban a la rectoría para bendecir a sus animales, caballos, perros, jilgueros, perdices, gatos o «algún asno» como señalaban los vecinos.