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GUILLEM MAS
El centro de día de sa Residència ha abierto ya sus puertas y, de manera progresiva, atenderá un total de 30 personas mayores del pueblo que requieren de atención asistida. El president del Govern balear, Jaume Matas; la consellera de Presidència, Rosa Puig, y el alcalde nacionalista Jaume Sansó inauguraron las nuevas dependencias que se han habilitado en el edificio de sa Residència. La obra en cuestión ha costado 250.000 euros y ha consistido en la reforma de la planta baja y del jardín. La sede de la Associació de Gent Gran estará junto al centro de día. El nuevo centro dispone de 30 plazas que, una vez atendidas las necesidades de Vilafranca, si hay vacantes, podrán ser ocupadas por personas mayores de la comarca. La persona usuaria aportará el 40 por ciento de su pensión por día, mientras que la administración se hará cargo del resto.

El centro se ha construido en unos terrenos donados a la Comunitat por Antoni Bou y su mujer Maciana Roig. Ahora, los mayores tendrán que conformarse con un centro de día, tras años de promesas desde el Govern sobre la reconversión del edificio en una residencia. Las instalaciones ocupan más de 970 metros cuadrados entre el edificio y la zona ajardinada. En el turno de intervenciones, el presidente de la asociación, Jaume Bauzà, agradeció al Govern las obras llevadas a cabo después de años de insistencia. La consellera Rosa Puig recordó a los asistentes que el ejecutivo autonómico subvenciona las 30 plazas y el mantenimiento del edificio.

Por su parte, el alcalde Jaume Sansó destacó la colaboración del Ajuntament de Vilafranca con este proyecto «que mejorará el bienestar de todos nuestros mayores». El president Jaume Matas destacó «la constancia de la asociación para resolver estas deficiencias en materia de personas mayores». Una vez concluido el acto, el presidente de la asociación animó a Jaume Matas a jugar una partida de petanca. Fue mucha la expectación que generó ver a Matas poniendo a prueba sus dotes con la petanca. El president lanzó un envite al alcalde Jaume Sansó quien, ni corto ni perezoso, jugó su partida con Matas y Bauzà; demostrando que en plena precampaña electoral también es posible un ambiente cordial.