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A.HERNANDEZ
Gabriel Moranta, quien fue socio del ex alcalde de Santa Margalida, Antoni del Olmo, en la explotación de varios lotes en las playas de Muro y de su esposa manifestó ayer a través de su abogado, Vicenç Autonell, que «durante el período en que la esposa del ex alcalde, Martina Alòs fue administradora de la empresa que compartían aprovechó para hacer maniobras que perjudicaron económicamente a mi cliente. Puso a nombre de Rafel Estelrich y Joan Capó una nave en Santa Margalida y vendió un piso en Can Picafort, ambos a nombre de la sociedad, sin el consentimiento de Moranta». El ex edil y presidente de la Junta Local de PP, Rafel Estelrich; el constructor Joan Capó, Antoni del Olmo y su esposa declaran hoy en el juzgado de Inca en relación al llamado «caso playas». Moranta interpuso una querella criminal al matrimonio Del Olmo-Alòs por un presunto delito societario y de apropiación indebida en el negocio que compartían, Playas Mar Balear SL.

Moranta volvió a comparecer ante la Fiscalía el pasado martes para esclarecer si el ex alcalde de Santa Margalida se benefició de la explotación de un lote de la playa de Can Picafort. Su comparecencia estuvo motivada por la declaración del adjudicatario de la playa, Bernat Riutort, que entregó al teniente fiscal, Ladislao Roig, documentación para demostrar que había subarrendado el lote a Moranta, desvinculando así a Del Olmo. Según explicó su abogado, «Moranta fue engañado y utilizado por Del Olmo. Nunca recibió explotó la playa de Can Picafort y fue un testaferro, igual que Baltasar Pulpillo».

El pasado viernes se admitió a trámite la extensión querella a Rafel Estelrich y Joan Capó por haberse puesto a su nombre una nave de la sociedad que compartía el ex primera vara y Moranta, Playas Mar Balear SL. Al parecer, la nave fue comprada por Estelrich y Capó ya que existe una escritura pública. Sin embargo, el abogado de Moranta duda que la compra se hiciera efectiva. De todas formas, según el abogado, «la venta sería ilegal porqué se hizo sin el consentimiento de Moranta, que era el propietario».