El túnel de sa Mola tiene una longitud de 1'2 kilómetros y es el segundo más largo de Mallorca. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

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El túnel de sa Mola ya es una realidad. El paso subterráneo largamente reivindicado por los ciudadanos de Sóller se abrirá al tráfico el próximo sábado después de más de un año de obras. La transcendencia de esta inauguración no es la misma que tuvo hace 10 años la apertura del polémico túnel de Sóller, pero para los sollerics esta obra supondrá también un gran avance, así como la mejora de la calidad de vida del Port que verá cómo la primera línea queda despejada de tráfico. Sin duda, esta obra puede contribuir a que la zona turística de Sóller pueda recuperar el esplendor perdido en los últimos años. El acceso al Port de Sóller desde la carretera comarcal por el paso de sa Mola, en la que se ultiman los trabajos, ha supuesto la creación de una nueva carretera de 2.149 metros, de los que 1.213 transcurren por túnel. Después del túnel de Sóller, de peaje y con 2.988 metros de longitud, el de sa Mola, será el segundo más largo de la Isla. Le seguirá el de Son Vic, en Peguera, con 833 metros. El túnel des Vidriers tiene 400 metros y el de Bendinat, 178 metros.

Coincidiendo con la apertura del túnel, el Consistorio pondrá en marcha también los aparcamientos del edificio Lepanto «un compromiso y una prioridad» para el municipio costero. Con la inauguración del túnel de sa Mola, el Govern habrá inaugurado todas las obras incluidas en el primer convenio con el Ministerio de Fomento, objeto de contencioso entre ambas administraciones. Por ese motivo, ha sido el ha corrido a cargo del Govern con la financiación del mismo.

La calzada del nuevo túnel consta de dos carriles de 3'5 metros cada uno y arcenes de un metro. También tiene una mediana de un metro y aceras a ambos lados de un metro, y se ha creado una galería de evacuación del túnel de 170 metros. La vía arrancará en la carretera que une Sóller y el Port y transcurrirá hasta la llegada a la rotonda de sa Figuera, desde donde se podrá acceder al puerto. Otra rotonda más adelante distribuirá el tráfico hacia el centro del núcleo costero. La entrada por la parte de atrás del Port supondrá la peatonalización de la primera línea, una de las grandes aspiraciones del Ajuntament de Sóller.