Las antenas se instalaron en un edificio de la calle del Pujol en 1998 y cuatro años después los vecinos iniciaron una recogida de firmas para sacar las antenas del pueblo. Era agosto de 2002. Por aquellas fechas el equipo de gobierno municipal del PP inició una serie de contactos con las empresas de telefonía, que entonces eran Airtel, Telefónica y Amena y que actualmente corresponden a Vodafone, Movistar y Orange. El Ajuntament les ofreció diferentes emplazamientos fuera del núcleo urbano en terrenos municipales, «pero no hubo manera de llegar a un acuerdo», señalaba el teniente de alcalde, Jaume Bauçà.
En septiembre de 2005, el pleno del Ajuntament aprobó una ordenanza que obligaba a las compañías a instalar las antenas a 100 metros del casco urbano y a 300 metros de un centro educativo o sanitario. Bauçà manifestó que «al aprobar la ordenanza habíamos dado medio año de plazo a las empresas para clausurar las instalaciones dentro del casco urbano, y hemos esperado un año. Creo que si lo quieren solucionar, han tenido tiempo». El decreto de Alcaldía se firmó el pasado viernes, y ayer no se había hecho efectivo el corte de corriente, pero en las próximas horas el pueblo puede quedar sin cobertura.
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