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ANTONI MATEU
Arnau Amer (PSM) y Vicenç Villalonga (PSOE) presentarán una propuesta al próximo pleno con el objetivo de que el Ajuntament apruebe a uno moratoria urbanística para detener la construcción de viviendas adosadas en los pueblos del municipio -Selva, Caimari, Moscari y Biniamar- hasta que no se hayan aprobado las Normas Subsidiarias. Según nacionalistas y socialistas, en Selva, existe un vacío legal que hace que proliferen este tipo de construcciones sin que las Normas Subsidiarias delimiten los núcleos urbanos de los pueblos. «Todo lo que crece alrededor de los núcleos no quiere decir que sean legales, ya que las áreas urbanas no están delimitadas», dice Amer. «Actualmente son las Directrices de Ordenación del Territorio las que regulan el crecimiento en nuestros pueblos», explica Villalonga (PSOE). «Es un documento generalista que en ningún caso se adapta a las necesidades reales de los nuestros pueblos».

«Hace falta que el Ajuntament envíe al Consell la documentación necesaria que solicitó hace tiempo para que las Normas Subsidiarias sean aprobadas cuanto antes mejor», dice Amer (PSM). Moscari, de 350 habitantes, es el que experimenta más crecimiento. Cinco promociones de viviendas adosadas se están construyendo de manera simultánea, mientras que en otra finca ya han colgado el cartel anunciador «Se venden chalets adosados con terreno y piscina individual», sin que todavía se haya puesto una palada de cemento. Para el PSM y el PSOE, «estas promociones harán que Moscari pase de 350 personas a más de 700, sin que el Ajuntament haya previsto ninguna inversión en servicios».

En el centro de Moscari hay una serie de solares que nunca han sido edificados y la opinión de PSM y PSOE es que se prioricen estas partes intermedias para que el pueblo crezca. Pedro Seguí, es Figueroler, que es alcalde de Caimari y delegado de Urbanismo, del término dice que «puede ser que algunos de los adosados se sitúen justo en el límite de la zona urbana, pero puedo asegurar que están incluidos. Todas las licencias de obras que ha dado el Ajuntament en los últimos años son legales». El Plan Territorial establece posibles zonas de crecimiento, que prioricen zonas intermedias entre las casas dispersas. En ningún caso, sin embargo, dice que se haya de crecer en todos los frentes. Eso supondría hipotecar el suelo urbano del municipio para los próximos años. El cartel de los chalets adosados es lo suficientemente explícito en lo que concierne al cambio social que comportará la construcción de estas viviendas, cada uno con «terreno y piscina individual». Eso contrasta con la tipología de las viviendas tradicionales.