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El alcalde de Son Servera reconoció ayer que había algunas construcciones en la urbanización del Port Verd que se habían iniciado sólo con el proyecto básico y sin contar con el proyecto de ejecución. Damià Ripoll anunció que desde el Ajuntament se hará cumplir la ley de una manera estricta.

Así la primera actuación, según apunto Ripoll, será dictar orden de paralización a todos aquellas obras que presenten irregularidades. La primera (si no se legaliza) será la que ha sacado a la luz la oposición: una promoción de 33 viviendas que casi está hecha al 50%.

Ripoll admitió que esta obra tenía ciertas deficiencias pero aseguró que el Ajuntament ya había actuado al respeto. «El pasado día 16 de marzo se hizo una inspección. Se envió una notificación al promotor advirtiendo que estaba realizando unas obras que no se adaptaban al proyecto presentado y que por tanto había que legalizar la situación».

La primera vara añadió que «la propiedad ha presentado un recurso, el Ajuntament responderá y en uno o dos días se decretará la paralización si no se adecua el proyecto a la construcción existente».

La urbanización del Port Verd está ahora en boca de todos. La oposición en bloque ha advertido al Ajuntament que no se parará y que llegará a los juzgados si hace falta. De momento ya han solicitado revisar todas las licencias y un pleno extraordinario para conocer la situación urbanística del Port Verd. Los vecinos también se han interesado por el tema.

La oposición considera que «el alcalde ha mentido al pueblo de Son Servera porque en el pleno del pasado 6 de marzo cuando los vecinos le interrogaron dijo que no había irregularidades».