El alcalde Antoni Pastor (PP) defendió su propuesta de PGOU «que nos dota de mayor seguridad jurídica, que no cambia las actuales alturas permitidas y que prevé una bajada del techo poblacional». Pastor anunció «transparencia» para unos convenios que estarán a exposición pública y que «benefician a todo el pueblo porque conseguimos terrenos para el Recinto Ferial, el Auditori y una nueva escuela».
Las palabras de Pastor, pero, no convencieron para nada al PSM. Su portavoz, Margalida Capó, en una brillante intervención, acusó al alcalde de «no solucionar ningún problema de Manacor con el PGOU, llega en un mal momento y lo quiere aprobar inicialmente ahora por puro electoralismo». Capó criticó que «es poco ambicioso con los esponjamientos, lo aprobaréis con una mayoría mínima, es poco proteccionista con el suelo rústico y por ello pedimos que se quede encima de la mesa». Desde el PSOE, Júlia Roman, también pidió la paralización del PGOU y criticó al alcalde «de no consensuarlo» y denunció el «crecimiento desmesurado que se prevé; votaremos en contra porque no queremos ser cómplices de negocios entre particulares en los convenios urbanísticos». Catalina Julve, de ALM-UM, denunció la falta de zonas verdes y que éste es un «PGOU de despacho sin escuchar a la gente de las barriadas», criticando «el partidismo existente en su redacción».
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