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El adjudicatario de la explotación del lote 1 de las playas de Can Picafort, Pedro Aguiló, renunció ayer a mediodía a través de un escrito a explotar las hamacas y sombrillas alegando que no podrá tener el material necesario hasta que pasen tres semanas. Así lo explicó ayer la alcaldesa de Santa Margalida, Aina Rodríguez, que anunció que el equipo de gobierno (PP-CPU) recurrirá a un procedimiento negociado para adjudicar la explotación de este lote y también la de la playa de Son Bauló. Así las cosas el Ajuntament de Santa Margalida sólo tiene adjudicados dos de los cuatro lotes de las playas del municipio que, a mediados de mayo, todavía no tienen hamacas ni sombrillas. El único adjudicatario hasta ahora es el anterior concesionario de las playas, Bernat Riutort, al que el equipo de gobierno denegó la prórroga del contrato anterior porque había unos informes técnicos contrarios a la renovación.

Entonces la comisión de gobierno convocó un nuevo concurso público al que sólo se presentó Gabriel Moranta, ex socio del ex alcalde Antoni del Olmo. Moranta presentó su oferta por correo certificado asegurando que quería evitar así que el equipo de gobierno diera información privilegiada a su principal competidor, Bernat Riutort. Finalmente, el equipo de gobierno requirió a Moranta que solventara una serie de deficiencias técnicas de su plica, pero él renunció a gestionar las playas porque «no quiero que me hagan la vida imposible», dijo. Cabe recordar que Moranta ha presentado ante el fiscal las pruebas que más pueden comprometer al ex alcalde Antoni del Olmo en el denominado caso playas, que está siendo investigado actualmente.

Tras la renuncia de Moranta a llevar las playas de Can Picafort el equipo de gobierno convocó por vía de urgencia un nuevo concurso público separando las playas en diferentes lotes. El anterior concesionario, Bernat Riutort, se adjudicó los lotes 2 y 3 por 175 mil y 97 mil euros además de los velomares. Pedro Aguiló, que también concursaba por el lote 2, se adjudicó el lote 1 por 120 mil euros y quedó desierta la playa de Son Bauló.